follow me

martes, 24 de noviembre de 2015

CUANDO LA SONRISA SE VUELVE NOSTÁLGICA

¡Buenos y frioleros días! La navidad está a la vuelta de la esquina y este frío tan especial de Granada nos lo hace sentir. Hoy os vengo hablar de una emoción que genera este frío en nuestro día a día y en nuestra aula con lo más pequeños.


 La NOSTALGIA. Solamente con nombrarla ya genera tal sentimiento. 

El otro día fui a mi clase a ver a mis pequeños como cada semana cinco minutos antes de que tocase la campana y me dieron la suficiente energía para continuar hacía mi camino. Fue ahí cuando una de ellas me dijo.. ¿seño te acuerdas cuando te vestiste de bella? ¿seño te acuerdas cuando te subiste a un barco para irte de viaje con tus amigos? ¿seño te acuerdas cuando hacías juegos para aprender las letras? Y la bombilla se encendió para saber de qué habla hoy.

Recordar no es malo. Las personas estamos formadas por miles de recuerdos, y si habéis visto la película del revés lo entenderéis. Somos un conjunto de experiencias y vivencias que edifican lo que hoy somos. Dejar que la nostalgia se acerque a nosotros y nos acaricie de vez en cuando no tiene por qué ser algo negativo.

He leído artículos dónde según nos dicen los especialistas, el ser humano pasa gran parte del día “recordando cosas”, pero ahora bien, no debemos anclarnos a esos recuerdos de forma obsesiva.

La nostalgia en el mundo emocional es una de las sensaciones más difíciles de expresar y más fáciles de sentir. La idea consiste en recordar un recuerdo, pero no uno cualquiera, sino aquel que es añorado y nos hace sonreír o sentir bien para seguir avanzando. Si ahora mismo os ha venido uno a la mente seguro que tienes en tu mente miles de imágenes, sensaciones, palabras, miradas y sonidos de aquello que te hizo sentir en un momento determinado.
Los recuerdos tejen lo que somos. Y la mayoría del tiempo, las personas somos nostalgia. Somos recuerdos.
Pero a veces, no podemos negar que esta nostalgia que es tan bonita y nos ayuda en cierto modo para avanzar y conseguir algo, también trae consigo un perfume triste. Trazos de una vida vivida que nos deja cierta sensación de añoranza y dolor en vista de un ayer que tal vez, concentró mucha felicidad, un bienestar del que carecemos en el presente. Es aquí, cuando algunas personas pueden caer en ese punto dónde la nostalgia para a ser una obsesión debido a que solo encuentra bienestar en esos recuerdos y no en lo que le queda por avanzar.

Para poder controlar toda esa nostalgia vuelvo una vez más a la idea de que esta inteligencia emocional debe ser trabajada y estimulada desde pequeños.

El baúl de los recuerdos puede ser un proyecto novedoso y bonito para los niños. Seguro que una buena maestra de infantil tiene una caja a la vista que puede decorar y añadirla al rincón de las emociones. Quizá un día un niño traiga a la asamblea un objeto, imagen o dibujo de un momento que ha vivido y le ha hecho sentir especial. Podemos pedirle que lo guarde en ese baúl, y si algún día le viene esta nostalgia de querer recordarlo... seguro que puede ir a ese sitio y sentirse por un momento protagonista de nuevo.

El pasado nos debe servir como trampolín para nuestra realidad y para avanzar hacía un objetivo o una ilusión nueva no puede ser un balcón dónde quedarnos diariamente. 



Debemos pensar en el pasado mediante una perspectiva de gratitud y agradecimiento por haber vivido dichas experiencias, verlas con tranquilidad. Con la satisfacción de haber tenido momentos realmente plenos. Pero no hay que caer en el error de valorar que todo era mejor antes y dejar perder esa armonía entre lo vivido y el presente. Nuestra vida es un contínuo donde fijar nuestras perspectivas en el futuro.

El pasado nos sirve para aprender, pero la felicidad se busca cada día en el presente, en las pequeñas cosas, en los pequeños detalles, sin olvidar nunca una cosa que “no hay peor nostalgia que añorar lo que nunca existió”.


¿Te quedas conmigo?

martes, 17 de noviembre de 2015

EL EFECTO PIGMALIÓN

Buenas tardes bellas y bellos!!! :) ¿Cómo va ese martes?




La semana pasada no me atreví a escribir nada en el blog, me sentía bloqueada, quizá era por lo mucho que quería transmitir o simplemente eran tan poco que no sabía ni como orientarlo. Fue ahí cuando una amiga me dijo: marticaaaaaa,¿por qué no hay entrada hoy martes?, en ese instante me dije, ¿por qué no he sabido de que hablar esta semana?... y una vez más la respuesta la tenía delante....


Todo era culpa del bloqueo mental, exacto. En algunas ocasiones lo tenemos presente y nos provoca un sentimiento que no nos deja avanzar o avanzamos sin sentido. Hay momentos en nuestra vida que nos dedicamos a vivir sin más. Hay momentos muy buenos y otros que te hacen dudar si lo que estás haciendo es lo correcto. Sin duda, la confianza en nosotros mismos muchas veces se descuelga de un hilo cuando menos lo esperamos e incluso sin darnos cuenta. Pero cada uno de nosotros, tiene la capacidad de reconstruirla y avanzar debido a las experiencias vividas y a la gran mochila de vivencias que tenemos a nuestra espalda.


¿Y lo pequeños? Pues los pequeños también sufren esa angustia y son muchas las ocasiones en las que sienten el agobio por no saber qué hacer o el miedo a fallar a quienes son sus modelos. Por ello, debemos  hacer que experimenten cambios, debemos dejar que manipulen todo lo que tienen alrededor, que sientan duda o inquietud por lo que pueda pasar. Pero que experimente por ellos mismos las vivencias, y aunque les lleve a un resultado negativo a primera vista no importa porque al final todo ello se convertirá en un aprendizaje positivo a largo plazo. Desde el momento que nacen sufren un cambio brutal: de encontrarse en el vientre materno a un mundo tan susceptible e indefenso para ellos como es la socialización. Pasan de ser un ser biológico a un ser sociocultural. Es ahí cuando empieza nuestra labor como agentes socializadores para ayudarles en esta sociedad a veces tan complicada. Lo que necesitan es la confianza de las personas más cercana a ellos, la familia, los amigos con lo que irán avanzando y aprendiendo.


Hoy os hablo del EFECTO PIGMALIÓN, se define como las expectativas de los padres con sus hijos, de los profesores con los alumnos. Es el efecto que llevo en mi día a día, según sea la expectativas que tu deposites en tus alumnos estos llegaran a ser de una forma u otra. Llevado a un ámbito más adulto, podéis comprobarlo por vosotros mismos...¿os sentís identificados? Cuando no dabas nada por nada, alguien te tocó la espalda y te dijo que podías y al final lo conseguiste. Seguro que cada uno de los que me estáis leyendo este post tenéis a una persona cerca que confía a pesar de todo en vosotros, quizá mañana todo sea diferente, pero ahora, en este momento, CONFÍA EN TI.


Los pequeños necesitan de esa confianza y de esas expectativas para avanzar en todo su proceso, son ellos los que necesitan fallar para saber que la vida da más oportunidades, son ellos lo que poco a poco deben construir su propia identidad y su rol en la sociedad a la que pertenece pero sois vosotros los que debéis confiar en ellos para que puedan conseguirlo.


El otro día trabajando la resiliencia en un curso,  que es la capacidad que tenemos las personas para superar una situación difícil y salir fortalecido positivamente de ella, me di cuenta de la importancia que tiene este efecto para que cada alumno cree su propia autoestima y consiga la capacidad suficiente desde pequeño de luchar y avanzar sin miedo a nada.


Hace un tiempo me crucé con una niña que siempre me decía que no sabía dibujar, que el resto lo hacía genial y ella no, mientras todos dibujaban un círculo con ojos, nariz y una enorme sonrisa, a ella solo le salía un punto. Fue ahí, cuando empecé a decirle que ese punto me gustaba y que quizá de ahí otro día podía salir algo más bonito... con el tiempo esa niña consiguió realizar una cara punto a punto.


Meses después en una clase de universidad me presentaron este libro... os dejo el enlace y después me contáis.


https://www.youtube.com/watch?v=-3NLjd8zzYw


Muchas veces solo se necesita un poco de impulso para estabilizarte y avanzar en lo que te hace sentir bien.


¿Pensaste en alguien mientras leíste este post? ¿hubo algún profesor que confió en ti? Espero que sí, y sino, aquí estoy yo para hacerlo. 


Cuida a quien confía en ti, lo hace porque ve mucho más en ti de lo que tú muchas veces ves por los miedos o las inseguridades.


Como dice mi fiel compañero MR.WONDERFUL "Qué tus sueños tengan la valentía que le falta a tus miedos"


Si te ha gustado o te has sentido identificado cuéntamelo, o difúndelo!


FELIZ SEMANA Y NO OS OLVIDÉIS DE SONREÍR AUNQUE SEA UNA VEZ CADA 5 SEGUNDOS.



Por cierto,,,,,,,,,, ¿TE QUEDAS CONMIGO?

martes, 3 de noviembre de 2015

¡JUGAMOS CON LA SONRISA!

"Solo puede ser maestro quien se encuentre capacitado para fundirse en el alma infantil" Freud

Buenas noches guapas y guapos. ¿Qué tal la semana? Por los pelos se me pasa que hoy es un maravilloso martes y debo cumplir con mi palabra de publicar una nueva idea.

Antes de comenzar a explicar la idea que tengo esta semana, os quiero presentar a uno de mis compañeros de aventura... Es el autor Goleman con su libro sobre la inteligencia emocional. Un libro muy interesante, que nos hace pensar en detalles tan simples como sonreír al subir a un autobús o dar las gracias después de comprar una barra de pan. Quizá muchas veces tenemos tanta prisa y queremos hacer tantas cosas que nos olvidamos hasta de mirar a la gente a los ojos... (os dejo pensando como deberes...)



Mientras yo sigo con la super sonrisa aunque el día de hoy ha sido agotador.
El  otro libro que os muestro es uno muy divertido del autor Tullet. Hace unos libros divertidísimos, originales y muy creativos; un coctel perfecto para sacar una sonrisa a tus alumnos en un día de lluvia y de frío.

Y una vez que esas sonrisas se escapan.. ¿Qué podemos hacer con ellas? ¡PUES JUGAR!

La idea de hoy es hacer fotografías de sonrisas y analizarlas en la asamblea, trabajando de este modo muchos conceptos: dientes grandes, pequeños, dientes separados, ¿cuántos dientes te faltan a ti?, mi mamá tiene los dientes rectos, sin embargo mi papá dice que no le gusta sus dientes...
¿contamos cuantos dientes se ven esta fotografía? ¡Estos labios parecen más grandes que estos! ¿Los ordenamos?

Podemos hacer collages con esas fotos, imprimirlas y pegarlas en nuestro rincón, al final, siempre que ves a alguien sonreír, a ti también se te escapará una sonrisa.

Yo he cogido sonrisas de amigas y amigos que durante esta semana me han pasado, además también he filtrado la mía. ¿Sabes cuál es?

 




¡Espero que os haya sacado una sonrisa esta nueva idea! Una vez más, si te gusta o si se te ocurre alguna idea estoy dispuesta a leerla en los comentarios. Podéis comentad en facebook, insta o difundir por todo el mundo y os lo agradecería con una enorme sonrisa!!!!!!!!!!! :)

Nos vemos la semana que viene, no os olvideis de sonreír o dar las gracias cuando alguien te salpique o te mire de una forma rara, esa persona no sabe de lo que tú y yo estamos hablando.

Hasta prooooooooooooooooonto!

¿Te quedas conmigo?